Relatos

Este año también se ha convocado el Concurso de relatos breves que organiza el ayuntamiento de Castelldefels, pero la extensión máxima marcada ha sido la de cinco páginas. Publicad aquí vuestros trabajos.

Acerca de mbalastegui

Catedrática de lengua castellana en el Instituto Josep Lluís Sert. Aficionada a la lectura, pintura, teatro...
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2 respuestas a Relatos

  1. UN OBSTÁCULO INESPERADO

    Me llamo Luís, y mi vida comenzó en un hospital de Málaga, “La Luz Del Sol”,

    una tarde de verano de 1994. Y como dijo mi madre, todo aquel que nace en

    ese hospital, tiene un cierto don en su vida. El mío aun no lo había encontrado,

    y creo que nunca lo encontraría, porque mi madre quería, por encima de todo,

    que su querido hijo fuera un pequeño prodigio. Desde pequeño me apuntó a

    natación, piano, tenis, fútbol… pero en ninguno de estos deportes destaqué

    más que cualquier otro compañero. Mi padre, sin embargo, a pesar de no ser

    excelente, y de no apoyarme en cualquier tipo de nuevas experiencias, me

    hacía sentar en el salón y concienciarme de cualquier tipo de ilusiones que

    podrían fracasar. Yo era el típico niño con cara bonita y que siempre vestía con

    una camisa de marca y siempre llevaba un que otro billete de 50€ por si me

    perdía y poder volver en un taxi. Desde siempre, a pesar de tener todo, no

    tenía nada con un gran valor significativo, pero mis ilusiones nacieron cuando

    mis ojos vieron el rostro de Alice.

    El día 15 de Septiembre, después de un largo verano sentado en los sillones

    de la casa de Miami de mis padres, empecé 1º de Bachillerato en un nuevo colegio privado, y a pesar de no tener conflictos, yo sabía que la gente se acercaba a mi para invitarles mi gran casa.
    En mi clase, había unas cuantas chicas, y una de ellas se llamaba Alice. Era hermosa, tenía un brillante pelo rubio, unos ojos azules cristalinos, y una piel barnizada por el sol, posiblemente, del Caribe. Tenía toda la pinta de ser una niña de papá, y yo nunca me atrevería a hablar con ella, entre otras cosas, era ella la que andaba por los pasillos y todas las miradas se dirigían en su rostro.
    Todas las mañanas, su padre le traía en un Mercedes a la puerta del colegio, y cada día llevaba una ropa nueva, y un día mas, iba espléndida. Las malas lenguas del colegio contaban que los padres de Alice estaban endeudados y el banco les iba a embargar sus casas, pero los rumores se basaban en falsos comentarios.
    En la hora del recreo, me dirigía hacía el puente viejo que había detrás del campo de fútbol, donde me encontré con Alice. Se la veía algo preocupada, y unas lágrimas caían de sus bellos ojos, y me armé de valor, y esperanzas para no escuchar de sus carnosos labios, un: Necesito estar sola.
    -Hola, ¿me puedo sentar? –dije con una voz temblorosa-.
    -Sí, claro… -dijo, como si no le importara demasiado-.
    -Te llamas Alice, ¿verdad?
    -Sí, voy a tu clase. –quiso añadir Alice-.
    -Sí, lo sé… ¿te puedo preguntar algo?
    -Dime…
    -¿Porque lloras? –pregunté con una voz indecisa-.
    Se giró repentinamente, como si se sorprendiera de que me hubiera dado cuenta de sus lágrimas.
    -Pues… problemas que tengo en casa.
    -Bueno tú no te preocupes por nada, porque casi todo tiene solución. –intenté cerrar la conversación, pues intuía que sus problemas se basaban en la economía que padecían sus padres-.
    De repente sonó el timbre del colegio y nos dirigimos hacía nuestra clase.
    Desde aquella conversación nuestra relación fue más íntima, quedábamos cada tarde para hablar sobre sus problemas familiares. Solíamos quedar en un bosque que había en la montaña de al lado de mi casa. Una de aquellas tardes, sin esperármelo, me contó algo sobre un chico con el que hablaba algunos días por los mediodías, cuando sacaba a su perro. Por su forma de hablar, no parecía sentir algo muy grande por el, no obstante, empecé a tener un sentimiento hacia Alice que no pensé que sentiría. Quizás era la sensación de perder a una de las mujeres que más me habían hecho sentir a cambio de nada.
    Un viernes por la tarde, como cada día, íbamos a quedar, y yo me decidí a decirle todo lo que sentía hacía ella, que todo éste tiempo había empezado a creer en el amor y nunca nadie le había importado tanto. Llegué diez minutos antes, ya que no quería llegar tarde bajo ningún concepto, pero Alice tardaba demasiado en llegar… La llamé unas cuantas veces al móvil pero no me respondía. Mi paciencia se agotó, y me fui a mi casa, no podía creer que ella me hubiera hecho eso… Y en cuanto llegué a casa cogí la moto de mi padre y bajé a casa de Alice, necesitaba una explicación.
    Llegué a la puerta de su casa y llamé al timbre unas cuantas veces, no parecía que nadie hubiera en casa… y cuando me iba, un Mercedes llegó por la puerta, y se dirigía hacia el garaje. Fui a hablar con el conductor, que supuse que sería el padre, a pesar de ser algo joven, se le veía algo nervioso e impaciente por hacer algo.
    -Hola, me llamo Luís, y como cada tarde había quedado con su hija Alice, pero no se ha presentado, y me parece extraño, ya que… nunca me haría esto. –dije nerviosamente-.
    -¡Ah!… pues no te preocupes, porque creo que se ha ido con su madre… a comprar… y tardará… -respondió de forma rápida, y sin mucha convicción de sus propias palabras-.
    Se metió rápidamente al garaje y yo me fui casa.

    Pasaron los días y Alice no apareció, por lo visto se encontró con aquel chico del que me habló, con el que se encontraba cuando iba a pasear a su perro. Quizás, el chico, quiso besarla, o incluso algo más, y Alice, le contestó con aquella preciosa voz para negarle lo propuesto, y él, sería la primera vez que recibía un ‘’no’’ por respuesta. Se lanzó a ella para golpearla con una piedra cinco veces en la cabeza. En cuanto la dejó inconsciente en el suelo, cogió el coche con el que se desplazó Alice, y se fue a la casa de ella para parecer que se fugó de casa.
    El hombre que vi en el Mercedes era el asesino de Alice, y se fugó con el cadáver en el maletero, pero quedaron restos de sangre de Alice en las manos de el jóven, y gracias a eso descubrieron que ella fue asesinada.

    Hoy, hace cinco años de lo sucedido, el caso está aún en juicio, el hombre que la mató, está libre y disfrutando de la vida, sin tener un pequeño cargo de conciencia en su cabeza, y yo, vivo con la duda de saber que sentía hacia mí, y cual podría haber sido la respuesta respecto de lo que sentía.

    Daniel Martínez Rodríguez

  2. Valentina Fassi dijo:

    HIJO DE LA LUNA

    Había una vez una mujer que quería quedar embarazada, su marido no quería pero la mujer le pidió a la luna que si por favor le concedía su deseo. Pocos días después le anunció que estaba de un mes, el marido muy furioso le empezó a pegar ya que con ella no había tenido relaciones sexuales desde entonces. La mujer muy desconsolada recurrió a sus padres y les dijo que necesitaba su ayuda ya que su marido muy repentinamente la amenazó con matarla.

    El marido nunca había sido así de agresivo con ella pero ese día reventó ya que él sabía que el hijo no era suyo. El hombre hizo un plan que nunca se le hubiera ocurrido hacer pero su rabia le corroía.

    El plan trataba de que él, una vez naciera el niño, le pediría perdón estaría cariñoso con ella y poco después la mataría. El plan era muy bestia pero no podía creer que su mujer se hubiera ido con otro hombre.

    Fueron pasando los nueve meses de embarazo y la mujer no recibía ninguna ayuda de parte de él, sus padres estaban muy pendientes de lo que hacía y donde iba el marido porque sabían la situación de su hija.

    Llegó el octavo mes de embarazo y el marido se fue poniendo más cariñoso y le pidió perdón, la mujer como sentía tanto amor por él le perdonó pero nunca segura de sí misma.

    Los días pasaban y él le regalaba cosas para el niño, para ella, cada día más y más cariñoso, hasta que nació el niño.

    El día que nació el niño fue el día más feliz de la mujer ya que estaban los dos juntos y sin nada que trajera problemas. El niño era blanco como el lomo de un armiño, y con los ojos grises en verde aceituna. Pocos días después les dejaron ir a casa con el niño y poder hacer vida normal, pero llegó el momento del plan.

    La mujer estaba tumbada en su cama con el niño en su pecho haciéndole caricias, por un momento la mujer tenía el presentimiento de que algo pasaría pero lo dejó ir de su mente ya que creía que era una tontería.

    Entró el marido a la habitación muy cariñoso como últimamente lo había sido, se tumbó en la cama con su mujer y su supuesto hijo, les acarició y de repente sacó un cuchillo y apuñaló a su mujer, la dejó ensangrentada en la cama y cogió al niño. Lo vistió muy bien vestido y se hizo al monte y allí lo abandonó.

    Desde ese día las noches que habían luna llena era porque el niño estaba de buenas y si el niño lloraba, la luna menguaba para hacerle una cuna.

    FIN

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